Los ginecólogos suelen “celarse” de los pediatras en los primeros meses de vida de un bebé. El recién nacido acapara todas las atenciones y las mamás suelen olvidarse de su propio cuidado. Cuando vuelven a las consultas les recuerdan: “qué, el primer año sólo pediatra… ¿no?”.
Si no quieres recibir la bronca de tu ginecólogo, no olvides tu salud desde el primer día:
La revisión obligatoria de los 40 días no debe ser la última del año. Programa otra cita con tu ginecólogo a los seis meses del nacimiento del niño. ¡Es mejor asegurarse de que todo ha ido bien!
Acude a clases postparto. Te ayudarán a recuperar el suelo pélvico y ganarás en confianza.
Sigue utilizando cremas antiestrías y complétalas con cremas reafirmantes postparto. Te ayudarán a evitar la flacidez y darán flexibilidad a tu piel. No limites su aplicación a la zona abdominal, aplícala también en piernas y brazos.
Bebe mucha agua. La hidratación es buena para ti y para tu bebé si lo estás amamantando.
Cuida tu alimentación. Come alimentos ricos en hierro para compensar las frecuentes anemias postparto. No olvides tomar mucha fibra para evitar el estreñimiento. Lo agradecerás, sobre todo si ha sido un parto con episiotomía.
Vuelve poco a poco a la actividad física. Empieza con pequeños paseos. Te sentarán bien a ti y a tu bebé. Los cursos de natación postparto también son muy recomendables.
En resumen, cuando pase el ajetreo de los primeros días dedica un tiempo al día a pensar en ti y en tus necesidades. Sin agobiarte, recupera paulatinamente tu vida. No lo olvides, ¡cuídate para poder cuidar a tu bebé!