Gordito, rechoncho, fuerte,… Aunque son calificativos cariñosos, cuando los escuchamos en más de una ocasión para referirse a nuestro hijo, salta la alarma. Debemos ser conscientes de que detrás de estos apelativos se puede esconder un gran problema: la obesidad infantil.
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Lejos queda la idea de que “si un niño está gordito es porque está sano”. El sobrepeso durante la infancia puede acarrear graves consecuencias en el futuro, ya que tendrán más posibilidades de desarrollar enfermedades como hipertensión arterial, hígado graso e incluso diabetes.
Y lo más importante, una buena alimentación infantil es vital para que el niño crezca sano y fuerte. La carencia de nutrientes podría afectar no solo a su crecimiento, sino también a su desarrollo intelectual.
Durante los primeros años de vida, una buena opción es la leche de fórmula, puesto que incluye todos los nutrientes necesarios para el bebé con el paso de los meses. Pero, ¿qué ocurre si tu hijo ya es más mayor?
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Obesidad infantil: causas
¿Sabías que España es, detrás de Reino Unido, el país europeo con mayor índice de obesidad infantil? La tasa de sobrepeso entre niños y jóvenes de 2 a 24 años es de más del 12% y el de obesidad alcanza el 13,9%. Pero, ¿a qué se debe? En la mayoría de los casos, a la vida sedentaria y a los malos hábitos alimenticios.
Los videojuegos, la televisión, el ordenador,… son los responsables de que el sedentarismo haya aumentado en los últimos años. Además, en general, los niños de hoy en día comen peor que los niños de hace 20 años. Se abusa de las golosinas, de los dulces con grasas saturadas,… y por encima beben menos agua.
Consejos para una buena alimentación infantil
Para evitar la obesidad infantil, la prevención es clave. Debemos inculcar a los más pequeños conductas alimentarias saludables e incentivar la actividad física por ejemplo, realizando excursiones en familia o realizando algún deporte con ellos.
El desayuno, esencial
Es imprescindible comenzar el día con un buen desayuno. Incluye alguna tostada, lácteos (leche o yogures) y fruta. Empezarán el día con energía y les ayudará a mantener la atención en el colegio.
Menú semanal
Cada domingo planifica todos los platos de la semana que empieza. Te ayudará a tener una visión general de las necesidades nutricionales de tu hijo. ¡No olvides incluir pescado dos días!
Compartid mesa
A la hora de la comida, siéntate con tu hijo. Además de controlar lo que come, se fijará en lo que tú comes y tenderá a repetir tu comportamiento. Aprovecha para comunicarte con él, preguntarle qué tal le ha ido en el colegio,…
Meriendas saludables
Tanto a media mañana para el recreo como por la tarde para merendar, apuesta por las frutas, los frutos secos,… No olvides incluir carbohidratos, como pan, por ejemplo.
¿Qué postre elegir?
A lo largo de la semana, 5 de los 7 postres deberían ser fruta. Dejad los dulces y los pasteles para ocasiones especiales.
Incluye a los hábitos alimenticios de tu familia estas recomendaciones y estarás evitando la obesidad infantil. ¿A qué esperas?
