¿Sabes que el colágeno es la proteína que se encuentra en mayor cantidad en los animales vertebrados? Pues sí, y los humanos no somos ajenos a esto, un cuarto de las proteínas de nuestro cuerpo son colágeno.
El colágeno es absolutamente necesario para nuestra salud, aporta la resistencia y elasticidad de los tejidos y áreas de unión de cada parte del cuerpo, y hay determinadas etapas en la vida en que debemos prestar especial atención para que no haya déficit de esta sustancia proteínica en nuestro organismo.
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¿Qué es el colágeno?
Como decíamos, el colágeno es la proteína con mayor presencia en nuestro cuerpo, y forma parte del tejido óseo, cartilaginoso y conjuntivo.
Mediante los tejidos conectivos en los que se encuentra presente, mantiene en pie, unidas y firmes todas y cada una de las partes del organismo: piel, cartílagos, tendones, músculos, huesos, ligamentos, vasos sanguíneos… Imposible imaginar cómo podría funcionar de forma correcta un cuerpo sin este imprescindible componente de los órganos, tejidos y sistemas que nos mantienen vivos.
Propiedades y beneficios del colágeno
El colágeno unifica las estructuras de las que forma parte, y las une. Un buen nivel de aporte de colágeno al organismo previene lesiones y sobrecargas en las articulaciones de los más deportistas, en especial aquellas personas que practican habitualmente ejercicio físico intenso de alto impacto sobre las articulaciones, como por ejemplo el cada vez más practicado running.
Mantener los niveles de colágeno ayuda a evitar y reducir los signos de envejecimiento, las arrugas y la pérdida de elasticidad e hidratación de la piel; aportando también un óptimo estado de las articulaciones y la densidad ósea saludable para conservar nuestros huesos fuertes.
Alimentos beneficiosos para mantener el colágeno
Consumir directamente carnes y pescados ricos en colágeno, especialmente las zonas en las que existe mayor concentración del mismo, como cartílagos por ejemplo, es beneficioso para el mantenimiento de nuestros niveles de colágeno.
Por otro lado hay alimentos menos grasos que no aportan directamente colágeno, pero ayudan al mantenimiento de los niveles correctos de colágeno natural en nuestro organismo, como la soja, la gran mayoría de las verduras, frutas y alimentos ricos en vitaminas y ácidos grasos esenciales.
¿Cómo proporcionar colágeno a mi cuerpo?
Además de las personas que practican deportes de mayor impacto para las articulaciones, también es necesario un aporte extra de colágeno a medida que nos vamos haciendo mayores, y especialmente a partir de la menopausia en las mujeres, cuando se produce una mayor pérdida de densidad ósea e hidratación de la piel. Necesitamos aportar un extra de colágeno para contrarrestar las enzimas que lo destruyen.
Complementos alimenticios con colágeno
Manteniendo unos hábitos de vida saludables, con una dieta variada y con un equilibrio de todos los nutrientes que nuestro organismo necesita; y con la práctica habitual de ejercicio físico, ayudamos a frenar los signos de envejecimiento y conservar nuestra salud de la mejor forma posible.
Durante la infancia y adolescencia nuestro cuerpo produce una cantidad abundante de colágeno, pero muy jóvenes, ya a partir de la veintena, nuestro cuerpo empieza a perderlo paulatinamente, poco a poco hasta que ya en la madurez perdemos un gran porcentaje de la cantidad de colágeno de nuestro cuerpo.
Es recomendable un aporte extra de colágeno a través de complementos alimenticios a partir de los 35 años para prevenir los temidos efectos de la perdida de colágeno: perdida de elasticidad de la piel, de la densidad de los huesos, de la fortaleza de las articulaciones, las uñas, el pelo… ¡frenar a tiempo la pérdida de colágeno es esencial!
Dietisa nos ofrece un complemento alimenticio ideal para este aporte extra de colágeno. Dietisa Colágeno con Magnesio, a base de colágeno, Magnesio y vitaminas C y D, contribuye al funcionamiento normal de los huesos y los músculos y ayuda a la formación de colágeno por parte del propio organismo.
Consúmelo de forma muy sencilla, mezclado en un vaso de agua y removiendo bien para la correcta disolución; o mézclalo con leche, yogur… como más te guste.
Tómalo de forma regular durante un periodo mínimo de 2 o 3 meses, y comprueba los efectos beneficiosos en tu piel, huesos, articulaciones… ¡Notarás la diferencia!