Más allá del cuidado corporal, nuestra alimentación influye directamente en el estado de nuestro cabello. O al menos eso aseguran numerosos artículos recientes basándose en declaraciones de especialistas del cuidado del cabello, que aseguran que los primeros síntomas de problemas alimentaciones suelen aparecer en el cabello.
Más concretamente, podemos conocer determinados alimentos que ayudan al crecimiento capilar, a aumentar su suavidad o incluso aumentar el grosor.
Quizá el componente con el beneficio sobre el cabello más conocido sean los ácidos Omega 3 y su influencia sobre el brillo de nuestro pelo; son muchos los champús que los utilizan en sus líneas de productos reparadores. Pero hay muchos más componentes alimenticios con efectos probados sobre nuestro cabello.
Para ayudar e incentivar el crecimiento capilar, la vitamina C puede resultar una gran aliada. Esta vitamina crea colágeno, el elemento decisivo en la producción de nuevas células capilares, así que es importante mantener el aporte diario de esta vitamina.
Por otro lado, también podemos combatir un pelo áspero desde la alimentación. A menudo, el uso de secadores, aires acondicionados fuertes o la propia contaminación estropea el pelo; el consumo de polifenoles aumenta la suavidad del pelo. Podemos encontrar polifenoles sobre todo en frutas rojas o incluso en el vino tinto. También podemos luchar contra el pelo quebradizo a través de nuestra alimentación: la ingesta regular de vitamina B7 fortalece el cabello. Entre otros alimentos, la vitamina B7 se puede encontrar en los huevos o en el salmón.
También el grosor del cabello es síntoma de salud alimentaria: en casos de mala alimentación, el pelo tiende a volverse más fino. Para estimular el grosor del cabello, los expertos aconsejan el consumo de, principalmente, proteínas: la carne roja contiene un gran aporte proteínico.